Dos estudiantes de la Universidad del Quindío hacen parte del combinado nacional. Lucha, sueños y exigencia han forjado las vidas de estos deportistas.
Un jugador de altura.
Oriundo de Calarcá (Quindío) y con 1.95 metros de estatura, Edwin Caicedo, hace parte del equipo de baloncesto de la Universidad del Quindío, donde cursa séptimo semestre d
e Licenciatura en Educación Física.
Su trayectoria como basquetbolista inició a los quince años, cuando decidió probarse en juegos intercolegiados y su padre no lo apoyó porque quería que jugara fútbol, como lo había hecho hasta el momento, pero cambió de opinión cuando su hijo fue llamado a la Selección Quindío y su carrera deportiva tomó ascenso hasta llegar a Selección Colombia.
En el trayecto que lo ha llevado a ocupar un lugar en el combinado nacional, pasó por las selecciones de Risaralda, Cauca y Bogotá, donde alcanzó varios subcampeonatos juveniles. El año pasado, Edwin fue campeón Sub-23 con Valle, su actual selección.
En su posición, alero de poder, ha implementado algunos movimientos y jugadas de LeBron James, Kobe Bryant y Carmelo Anthony, entre otros jugadores de la NBA, estilos que roban su admiración.
Edwin regresó a las canchas hace un mes aproximadamente, pues debió alejarse durante tres meses y medio por una lesión del ligamento cruzado anterior y la fisura de los dos meniscos. Pero él no cree que este haya sido un momento frustrante, pues se recuperó con terapias y no tuvo que someterse a cirugía.
En cuanto al apoyo que recibe este deporte en el país, “no sólo al baloncesto, sino a todos los deportes les falta apoyo. En 
el país al único deporte que le dan relevancia es al fútbol, aunque no se vean muchos resultados. Por ejemplo, la Selección de Voleibol de Colombia es potencia en Sudamérica y no tiene tanto patrocinio”, dice Caicedo.
Edwin resalta que una de las mejores cosas del deporte es conocer personas y hacer amigos. Quizá, es por esa actitud abierta y sencilla que su técnico le tiene confianza y sus compañeros lo escuchan.
“Es un jugador que tiene una formación deportiva muy amplia, que lo llevó a competencias de alto nivel con selecciones grandes de otros departamentos y Selección Colombia”, comenta Educardo Villa, entrenador de baloncesto masculino de la Universidad del Quindío.
“Es excelente como persona y como compañero, cumple muy bien su rol y es una pieza fundamental para el equipo. Con Edwin Caicedo y con Cristian Angulo, aprendí a ser más inteligente al momento de atacar, ya que por su estatura es más difícil bloquearlos y tener opciones de hacer cestas”, reconoce Juan José Salazar, jugador del equipo de baloncesto.
En 2011, sus metas son el Zonal Universitario en Manizales y el Torneo de mayores con Valle. A largo plazo, su objetivo es ser licenciado o entrenador de baloncesto.
De niño practicaba fútbol, pero a los 13 años descubrió en el baloncesto su deporte favorito, cuando empezó a jugarlo con sus amigos. Pasó por los combinados de Buenaventura, Valle y Tolima, hasta llegar a la selección Colombia. A sus 26 años ha conseguido logros como el primer puesto en la Copa Internacional Saludcoop y el tercer puesto en el Campeonato Sudamericano.
Sin embargo, Cristian no ve en su carrera como jugador de baloncesto una posibilidad laboral, debido al poco apoyo que en el país se le da a este deporte. Por ello decidió estudi
ar Licenciatura en Educación Física. En un futuro quiere ser entrenador y formar niños en el baloncesto.Por ahora, cursa sexto semestre y juega como “alero de poder, que es el encargado de las primeras opciones del juego”, dice Angulo.
Cristian entrena de lunes a sábado con el equipo, de 12:00 m. a 2:00 pm., y por su cuenta dos horas en el gimnasio o una hora en cancha, ya sea en la mañana o en la noche. Además, hace un seguimiento a Kobe Bryant, jugador de los Angeles Lakers de la NBA, en quien se inspira para sus movimientos y jugadas.
Para su alimentación recibe la ayuda de almuerzos que brinda la Fundación Providencia 2000. En sus relaciones interpersonales intenta que los lazos sean fuertes y no se cohíbe de salir con quienes aprecia, “sólo se pone unos límites, para no atentar contra la salud y el rendimiento físico”, es por eso que sus compañeros le manifiestan respeto y lo motivan, como cuando estuvo un año por fuera de las canchas debido a una lesión de radio.
Angulo vol
vió y en este 2011 espera obtener buenos resultados en el Zonal universitario que se realizará en agosto. Pero sin duda su mayor meta es quedar campeón a nivel nacional con el equipo de la Universidad, al que considera competitivo, con potencial ofensivo y de buena estatura.Cristian le recomienda a los que están iniciando en el baloncesto que se pongan metas, “porque así uno hace las cosas con amor y las cosas salen bien si uno las hace de corazón”.
Jennifer Andrea López
Agencia Q
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