Arranca un nuevo semestre y con él, una avalancha de proyectos y logros que corresponden al desarrollo social más grande de la institución uniquindiana.
La
Universidad del Quindío es un ente que controla, apoya y lidera proyectos
encaminados al desarrollo y bienestar de la
comunidad circundante. Por ende, el Alma
Máter cuenta con una
zona de esparcimiento lúdico, aprendizaje, prácticas y trabajo infantil; actividades que por más de
dos décadas se desarrollan en la U.
El
Centro de Estudios y Prácticas Pedagógicas ha sido líder dentro de la Institución
en el campo de orientación a niños, niñas, jóvenes y familias en situación de
riesgo y vulnerabilidad; consolidándose así, como un programa de extensión
social de la Facultad de Educación.
Liliana Restrepo, directora del Cepp
(Centro de Estudios y Prácticas Pedagógicas), es quien lidera el proyecto, el
cual actúa
bajo criterios y principios que favorecen una concepción de infancia y
adolescencia en desarrollo, sujetos de protección y derechos que viven
situaciones signadas por la violencia, el conflicto, y en general por las
condiciones de deterioro y crisis de la familia y la sociedad.
Cerca
de 3220 son los beneficiados del proyecto, el cual ampara a algunos habitantes
de los municipios
de Salento, Circasia, Quimbaya, Montenegro, Armenia y Filandia; poblaciones que se encuentran en situación de
amenaza y vulnerabilidad, en circunstancias de peligro y en riesgo de trabajo
infantil.
El Cepp cuenta con un proyecto denominado
“Programa Pro Niño”, que alberga a los menores que vienen de la guerra y desarrolla
con ellos una estrategia de perdón y reconciliación en términos psicosociales y
modo solidario, de tal forma que se convierte en un observatorio social que canaliza, activa y opera los cambios sociales a
través de la búsqueda, la experimentación y la construcción de sentido.
Sobre la responsabilidad social que se debe tener como miembro de una sociedad, Liliana resaltó la oportunidad que “tienen los estudiantes de los diferentes programas para vivenciar prácticas en la Institución que generan el conocer la problemática, sensibilizarse con ella e ir de la mano con estrategias”.
Por ello, es un deber de la formación superior atender
las necesidades básicas y elementales de la comunidad, para así forjar una educación desde los afectos, la tolerancia y el
respeto a la igualdad humana.
María Fernanda Ramírez Tejada
Agencia Q
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