Ciertas ilusiones son más poderosas que la realidad. Por eso, cuando la tarde del pasado viernes 7 de septiembre caía, la Uniquindio vibró de emoción y un rugido propiciado por ‘El Tigre’ (Falcao García) logró prender la fiesta.
Desde muy temprano el amarillo adornó cada
rincón del Alma Máter. Los presagios y las apuestas se convirtieron en la
combinación perfecta al hablar de la selección nacional.
Los pasillos y las aulas uniquindianas fueron
la cancha de discusión; mientras algunos auguraban derrota, otros, aclamaban
gloria. Contar con el triunfo sería, según estudiantes, motivo para celebrar
hasta el amanecer.
No pasaron muchas horas para que estos
anhelos tuvieran vida. A los dos minutos 11 segundos, el bus de la victoria
abrió el camino protagónico. Los estudiantes atraídos por fuertes festejos no dudaron un segundo en desocupar las
aulas. Así empezó la fiesta, que vestida
de sueños e ilusiones, logró revivir de nuevo la esperanza en sus corazones.
“Ver ese gol tan temprano me llenó de pasión.
Esto realmente me pone muy contento. Además debo decir que actos como estos
fomentan la amistad, el compañerismo y muchas veces el fútbol pone en la mesa
un tema interesante de discusión”, aseguró Jorge Enrique Zuluaga, estudiante
uniquindiano.
La alegría siguió pintando los rostros de
docentes, estudiantes y administrativos. Los lugares aledaños a la “U” se
volvieron un punto estratégico de encuentro. Allí vivieron los cuatro momentos
que marcaron con tinta tricolor la historia colombiana.
La etapa complementaria del partido se prestó
para risas, brindis y abrazos amistosos. Por eso, el 7 de septiembre del año
2012 será un día inolvidable; porque la
victoria contundente de la Selección Colombia, 4 por 0 sobre Uruguay, recuperó
la confianza de muchos y pintó en los rostros uniquindianos la alegría de un
futuro prometedor.
María Fernanda Ramírez Tejada
Agencia Q
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