11/9/12

“MUJERES POETAS” ENGALANARON LA UNIQUINDÍO CON SUS RECITALES

Por donde se le mire, el romanticismo siempre se encuentra  a flor de piel; aclama amor y libertad, mezcla tristezas con alegrías y apela a la creación de conocimientos  externos y sensaciones internas para poetizar, con sentimientos, una imagen diferente del mundo.

La poesía no nace en Inglaterra en el siglo pasado; tampoco nace con Mario Benedetti, Hermann Hesse, Pablo Neruda  o Raúl Gómez. Ésta toma vida cuando una sonrisa cimba un corazón. Nace luego de que una palabra o un acto inesperado hace vibrar emociones y revivir las pasiones.

Así emerge el romanticismo, que contado desde sutiles párrafos, forman lo que hoy llaman el corazón de la literatura; y es a través de congresos, foros y encuentros, donde renacen recitales inspirados  por los grandes del oficio.

Este fue el caso del encuentro internacional “Mujeres poetas, país de las nubes en el camino del café”, quienes declamaron sus poemas en algunos lugares de Colombia del 1 al 7 de septiembre del presente año.

“La universidad del Quindío fue una de las pocas academias donde se desarrolló este mágico recital. Las artes son una especie de costura; debemos saber que no solamente Fernando Botero, Omar Rayo y Débora Arango son nuestros pintores más representativos, sino saber en términos básicos todo lo que compete sobre  cultura general, que en realidad es bellísima”, afirmó Álvaro Cano, director del programa de Español y Literatura.   

Este evento de gran trascendencia nacional, que tuvo lugar el pasado viernes  en las instalaciones del auditorio Euclides Jaramillo Arango, contó con la presencia de escritoras provenientes de Argentina, Chile y México; por su parte, la cuota colombiana  fue puesta por una santandereana y una calarqueña.

“Me llevo una gran impresión de todas las personas; aquí viví experiencias maravillosas dignas de recordar y guardar en mi corazón. Personalmente admiro la cultura y la idiosincrasia colombiana”, dijo María Rosa Rzzepka, poeta argentina.

De esta forma la noche fue la cómplice ideal. Los versos convertidos en poesía     invitaron a soñar  y a recordar un ayer, quizá tan remoto, que milenios pudo ser.

María Fernanda Ramírez Tejada
Agencia Q

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