Portones bloqueados, pasillos vacíos, montañas de pupitres y aulas de clases silenciosas aguardando una respuesta; solo incertidumbre e inconformidad se respiraron el pasado jueves 28 de febrero a las afueras de los bloques de Educación y Ciencias Básicas y Humanas.
Estudiantes de la facultad de Educación se hicieron sentir para demostrar su inconformidad por la falta de salones para recibir clase. El objetivo era llamar la atención de la comunidad estudiantil y los administrativos del Alma Máter.
John
Jairo Hernández, representante al Consejo Académico y miembro de la Federación
de Estudiantes Universitarios (FEU), esclareció algunos de las inquietudes
generadas con el cierre.
“La
educación y los estudiantes no toleran que se haya pagado matricula
extraordinaria con el fin de registrar materias a destiempo y aún haya estudiantes, a estas alturas del semestre, sin salón”.
En la jornada se dejó claro que el motivo principal de la inconformidad es la falta de aulas para los
estudiantes de Educación y que no se contempla por ahora la posibilidad de un paro indefinido, aunque si
las directivas de Planeación Física no entregan una solución concreta a la
situación, podría conducir a otro día de cese de actividades.
El
cierre también vinculó a los representantes estudiantiles, los cuales han asumido un compromiso
político para la construcción de Universidad. La idea era conocer la propuesta del
estatuto estudiantil que se votaba en ese instante en el Consejo Superior.
Hernández
insistió en que “es necesario socializar y dar a conocer los parámetros
expuestos y referenciados en el estatuto estudiantil, de tal forma que gran
parte de la comunidad universitaria conserve una idea clara del mismo”.
Juan Carlos Herreño Cerquera
Agencia Q
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