La
apertura del evento se llevó a cabo en las instalaciones del auditorio Euclides
Jaramillo Arango, con la presentación de La Versión Ensamble y Manizales Ensamble, como exponentes del jazz contemporáneo.
Los
murmullos de un auditorio impaciente y el taloneo rechinante de los artistas
que corrían de un lado a otro, como el vaivén de un péndulo, era el único
sonsonete entre sillas y asistentes.
La
apuesta estaba hecha y, como ya todos esperaban desde hace algunos días, La Versión
Ensamble dio apertura a un magno evento que termina hoy, miércoles, en el mismo
auditorio donde comenzó.
De
la mano del maestro Mauricio Morales, La Versión Ensamble engalanó la primera
noche con la pieza ‘San Pedro’, inspirado en el folclor de la región del Tolima
Grande, en la que logró matizar tonadas de origen tradicional colombiano con elementos
provenientes del jazz. Canciones como Fantasía en 6/8, con arreglos de bambuco;
o Linda chicana, a ritmo de cha cha, hicieron parte del repertorio expuesto por
los integrantes de la banda.
“Lo
que nosotros hacemos es música tradicional colombiana y latinoamericana a
nuestro estilo. Con influencia contemporánea y nuevas formas de verla, tratando
siempre de mantener el patrimonio inmaterial de la región”, aseveró Mauricio
Morales.
En
un esfuerzo por obtener un sublime recuerdo del momento, los asistentes intentaron
retratar la escena con cámaras fotográficas, tablet y teléfonos celulares, pero
al final todo fue opacado por el sonar de las palmas que emergieron del silencio
para retumbar entre paredes, aclamando la presencia de la segunda agrupación
programada: Manizales Ensamble.
Blues,
latin jazz, soul y un poco de swing fue el deleite de Gerónimo Salazar, piano;
Diego Fernando Yola, Batería; Leonel Mauricio Osorio, Bajo; y John William
Aguilar, Saxofonista, integrantes de esta agrupación.
Manizales
Ensamble transportó a los asistentes en un viaje por diferentes países y sus
estilos musicales. “Armenia o New York”, difícil de distinguir cuando se
mezclan melodías tradicionales con instrumentos del Norte; algo más que oxígeno
respiraron los asistentes.
Un
último vals cerró la velada. Ensamble Manizales, en compañía de un ritmo
vertiginoso y casi seductor, envolvió a los asistentes. “Es un evento de gran
categoría y debería implementarse mucho más en otros espacios de la Ciudad, ya
sean parques, sitios públicos, de tal forma que la comunidad pueda tener una
presencia masiva en los mismos”, aseguró Enrique Morales, uno de los asistentes
que no olvidará una noche mágica a ritmo de jazz.
Juan
Carlos Herreño Cerquera
Agencia
Q
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