LOS UNIQUINDIANOS VIVIERON EL CLÁSICO BARCELONA VS REAL MADRID

El juego realizado ayer, válido por las semifinales de la Liga de Campeones, paralizó al mundo. En la Universidad del Quindío muchos aficionados del fútbol estaban a la expectativa de la trasmisión del gran clásico que definiría el clasificado a la final del máximo torneo de clubes de Europa. El choque entre los dos equipos españoles comenzó a la 1:45 p.m.

En algunos bloques de la Institución los televisores, instalados por el personal de Audiovisuales, fueron programados para que los alumnos disfrutaran del juego, que al final terminó empatado a un gol.

En el bloque de Educación fue donde hubo más aglomeración de personas, pues se contaba cerca de 35 estudiantes siguiendo los pormenores del encuentro deportivo. En el bloque de Medicina se encontraban alrededor de 15 estudiantes y en Audiovisuales tan sólo cuatro estudiantes disfrutaron de juego.

La Casona del tío, conocida como Sombrillas, y La Habana fueron otros sitios seleccionados por los estudiantes de diferentes carreras para disfrutar del clásico. En estos dos lugares cerca de la U, alrededor de 60 estudiantes observaron el partido y, entre cerveza y cerveza, emitieron sus opiniones sobre la técnica y táctica o sobre el desempeño arbitral.

De 30 estudiantes interrogados el 30 por ciento esperaba la victoria del Real Madrid, el 35 por ciento hacía fuerza por el Barcelona, el 20 por ciento sabía del clásico, pero no le interesaba en lo absoluto, y el 15 por ciento no sabía de la realización del juego.

Algunos estudiantes no pudieron disfrutar el partido porque a las dos de la tarde tenían clase o parcial, pero los más osados pusieron por encima la pasión que sienten por el futbol y ‘caparon’ clase. También hubo profesores conscientes de la afición de los estudiantes y otorgaron el permiso correspondiente, a la vez que disfrutaron del clásico.

Con gritos, euforia y la decepción de algunos, término el juego que le permitió al Barcelona avanzar a la final de la Liga de Campeones, que se jugará a fin de mes en el estadio de Wembley, y a los uniquindianos vivir y disfrutar de un juego que paralizó el mundo, incluyendo trabajos y clases.

Julián Aguirre
Especial para la Agencia Q