Un
director cinematográfico sencillo, apasionado por las imágenes y la producción
documental, invita a las personas a tomar una dosis de personalidad a través de
la libertad, información y acción.
Felipe
Moreno Salazar, comunicador social e integrante de la Corporación audiovisual
El Espejo de Bogotá, participó en la novena versión del Festival Quindiano de
Cine y Video, realizada en la ‘Ciudad Milagro’ del 13 al 15 de noviembre.
En
el marco del conversatorio “Los guiones del conflicto”, AGENCIA Q lo entrevistó
con el fin de conocer sus posturas en cuanto a la producción audiovisual y
algunas situaciones que se presentan en el País.
¿Qué
es la producción documental para Felipe Moreno Salazar?
La
producción documental en el cine son el número de películas que se hacen, pero
también son todas las relaciones que generan esas películas en la sociedad, es
decir, los que hacen la preproducción, la producción, la postproducción y la
distribución de esas películas. En el mundo
existe una explosión de ello, porque los medios masivos de comunicación siempre
se quedan cortos para decirnos lo que pasa, entonces hay que recurrir cada vez
más a los documentales, para ver cómo está la movida en la sociedad.
¿Cuál
es el papel del guionista en la producción cinematográfica y documental?
El
guionista es la persona que cuenta todo, es un investigador por naturaleza; es
básico, si no hay guionista no hay película.
¿Cómo
cree que está en estos momentos la producción audiovisual en el País y
particularmente en el departamento del Quindío?
Van
a hacer 30 largometrajes de ficción este año, entonces si hay un aumento en la
cantidad, aumenta la calidad. Hay 200 documentales que se hicieron en el 2012,
ahora el problema es que no hay dónde verlos, no hay donde visibilizar esa calidad.
En el Quindío se viene trabajando un poco sobre este tema, ahí va la movida,
pero en Colombia lo que hace falta es que nos comuniquemos entre regiones,
porque no nos conocemos ni entre nosotros mismos.
¿Por
qué es importante fomentar espacios como el “Festival Quindiano de Cine y
Video” para el País?
Es
muy importante, ya que es la única alternativa que está quedando en Colombia
realmente para saber qué pasa. Estos eventos son el único oasis que hay en el
desierto de la desinformación, ojalá tuvieran más repercusión, pero la gente
por estar viendo telenovelas no viene a estos espacios; el público tiene que
dejar de ser mediocre, uno como espectador no debería ver cosas mediocres, no
conformarse y cambiar el canal, ya que
tenemos el poder para hacerlo.
¿Qué
se pretende lograr a través de la Corporación Audiovisual El espejo?
Abrir
una ventana para todo el material audiovisual que hay con diversos puntos de
vista, pero que no son masivos. Nos interesa el cine como una expresión
artística, hay personas que quieren compartirle al resto de la sociedad un
punto de vista sobre ella, que tienen algo que decir, que son creativos y que
tienen algo por lo cual hacer sus películas, eso nos interesa desde la parte
cineasta.
A
nivel social, nos interesa que la comunidad acceda a algo que se llama la
formación de públicos, es decir, al ver diversas opiniones y diversos tipos de
materiales, se obtiene una formación, más conocimiento e información sobre la
realidad, y eso aspiramos en El espejo, generar socialmente una formación de
públicos.
¿Cree
usted que el conflicto colombiano se visibiliza en la producción
cinematográfica?
Sí
se visibiliza, pero no lo suficiente porque en las películas de ficción ya hay una mirada un poco estereotipada de los
buenos y malos, entonces en películas como “soñar no cuesta nada” están así:
los buenos, el Ejército; los malos, la guerrilla, los paracos y las Bacrim’,
pero si uno empieza a investigar cada vez ve más como son el mismo tipo de
persona los paracos, los guerrilleros, los militares, y los de las Bacrim, es
decir, no hay buenos tan buenos ni malos tan malos. De todas formas sí se ve
reflejado el conflicto en el cine colombiano, pero tal vez no se ve de
diferentes maneras, hacen falta muchos puntos de vista diversos sobre el conflicto.
¿Cuáles
son los parámetros para realizar un periodismo ético?
No
traicionarse a uno mismo, ser más personales. Lo que pasa en Colombia es que
hay como 10 periodistas que pueden decir lo que quieran, y de resto nadie. Cada
periodista debería decir lo que piensa y confrontar a la fuente, pero no lo
hacemos por miedo, porque nos echan, porque nos pagan muy poquito, en fin. Sin
embargo, el papel debería ser personal, a favor de la humanidad y tener un
punto de vista propio como periodista.
¿Qué
piensa de los diálogos de paz entre Gobierno y Farc?
Pienso
que nos han mentido. La razón de los diálogos es el TLC con Estados Unidos y
Europa. Aquí están hablando de paz porque los señores que explotan el oro de
Colombia no quieren matar más campesinos, ni relacionarse con los paracos, y
por eso estamos en los diálogos; esa información así, salió en Alemania, aquí
nos están mintiendo sobre el origen real de esos diálogos, sería bueno que no
nos mintieran más, pero ojalá esos diálogos salgan positivos, creo que matarnos
no es la solución. Ojalá este proceso marche muy bien, pero que no nos mientan
más.
El
conflicto colombiano se ha mantenido por los medios tan mediocres que tenemos.
Los medios han mantenido la guerra, a
ellos les ha servido, es una cosa económica, hablar mal de las Farc se les ha
vuelto plata porque hay publicidad y el Estado les da dinero. Los medios de
comunicación son responsables en gran medida de lo que pasa en Colombia, los
periodistas son muy mediocres, no investigamos, no se profundiza, se usa el
lenguaje sin ningún respeto.
Cómo
se le va a llamar a un asesinato un ‘Falso Positivo’; un guerrillero es dado de
baja, pero un militar es asesinado, una muerte es una muerte no importa de
quien sea. Si queremos un país mejor tienen que mejorar los medios de
comunicación en Colombia.
¿Cuál
es su opinión sobre las parrillas de programación de la televisión colombiana?
Las
de RCN y Caracol yo creo que son detestables; yo no veo eso por definición, ni
le permito a mi hijo que las vea. El colombiano invierte en promedio tres horas
para ver televisión al día, y lo que puede ver son telenovelas porque hay ocho
horas de programación para ellas, y cuatro horas para esos magazines de la
mañana que están llenos de banalidad y superficialidad; creo que la ley de
medios sería interesante para reglamentar y regular esas parrillas.
¿Cómo
se debería crear esa ley de medios?
Yo
creo que desde la sociedad, con la academia, con las autoridades, con las
instituciones, generar unas grandes discusiones en cuanto al tema; en Argentina
lo hicieron y realizaban foros en las universidades, y los ciudadanos del común
podían participar.
¿Cuáles
son las recomendaciones para las personas que estén interesadas en la
producción audiovisual?
En
cuanto a lo técnico, primero conseguirse una cámara y un computador, pero se
debe tener una historia, ‘la cuestión no es de flecha sino de indio’, hay que
saber disparar la flecha. Creo que debemos ver mucho. Por ejemplo en
Latinoamérica se hacen 600 películas al año y en Colombia vemos tres o cuatro,
estamos metidos en una cosa absurda.
Creemos que somos el segundo país más feliz del
mundo, creemos que todo está muy bien; debemos despertar, tomar conciencia como
realizador de su lugar local, pero también de lo global, informarse, ver lo que
se ha hecho, ser más inquieto y no comer cuento, y salir a realizar siempre y
cuando se investigue y se conozca de lo que se está hablando.
Jazmín
Martínez Sierra
Agencia
Q
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