‘Señales de libertad’ es un taller que se preocupa
por el bienestar, progreso y educación de los reclusos del departamento del
Quindío. Este espacio, coordinado por Mario Alejandro Ospina, es organizado
por el grupo El Escape.
En el año 2009 nació, bajo la dirección de Víctor
Velásquez y Xiomara Ochoa, actuales egresados del programa de Español y
Literatura, El Escape, un proyecto que les permitió intervenir en el campo
social y, con su granito de arena, aportar a la educación de una comunidad
prácticamente abandonada.
Ospina, quien hace parte del Grupo desde hace
varios años, explica que la importancia de este proyecto se debe a “que no
debemos olvidar aquellas personas que por x o y motivo son olvidadas por los
errores que han cometido. Además, muchas de esas personas tienen grandes cosas
para dar y nosotros como futuros docentes debemos estar comprometidos con lo
social, con el crecimiento personal de cada uno”.
Es de anotar que cinco son las personas que
hacen parte de este Grupo, las cuales afirman sentirse comprometidas con la
causa, la Universidad del Quindío y la sociedad.
“Para este semestre solo visitamos la cárcel
de mujeres porque el año pasado hicimos la intervención en la cárcel de Peñas
Blancas, pero pienso que esta comunidad lo necesita más, debido al nivel bajo
de escolaridad con el que cuentan”, agregó Ospina.
María Bleidy Carreño, Daniel Felipe López,
Luisa Fernanda Jaramillo, Juan Pablo Mejía Rojas y Mario Ospina, son
estudiantes del programa de Español y Literatura de la Uniquindío, y juntos han
logrado permear a esta comunidad, aislada y vulnerable, pero sobretodo
cohibida.
Todos los miércoles, las presidiarias son
acompañadas en horas de la tarde por los uniquindianos, quienes con un trabajo
colaborativo y en equipo, desarrollan actividades bajo temáticas como: lenguaje
verbal y no verbal, y literatura colombiana; además de realizar actividades
lúdicas como teatro y títeres.
Por unas cuantas horas, las 20 internas que
forman parte del Proyecto hacen a un lado las riñas, las tristezas y el encierro
para sumergirse en un mundo diferente, un mundo en el que la delincuencia no
existe; lo que sí existe son 20 historias de vida que tratan de subsistir en medio de su propio
drama.
María Fernanda Ramírez Tejada
Agencia Q
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