Estudios recientes demuestran que un solo
minuto de pensamientos negativos genera una gran cantidad de desajustes en el
sistema inmunológico, causando serios problemas en los seres humanos, entre
estos, se encuentran la depresión y la ansiedad, que son patologías que
producen una gran cantidad de síntomas como tristeza, desgano, insomnio, culpa
excesiva, disminución de la energía, entre otros.
Por tal razón en la Universidad del Quindío
se realiza una serie de investigaciones donde varias dependencias y grupos
representativos se unieron para crear la vacuna contra la depresión y la
ansiedad.
El pasado viernes (12 de abril), a las
afueras de Bienestar Institucional y de la Facultad de Ciencias de la Salud del
Alma Máter, los estudiantes, docentes y administrativos asistieron a la gran
jornada de vacunación que pretendía “sensibilizar a las personas de que hay
muchas cosas por hacer para disminuir los índices de depresión y ansiedad
creando unas redes neuronales para convencer la mente de que somos protegidos
contra estas patologías a través del efecto placebo (capacidad curativa de un
agente terapéutico que no contiene fármacos en su composición)”, explico María
Eugenia Manrique, psicóloga de Bienestar Institucional.
La jornada contó con el acompañamiento del
grupo musical Macuaré, el grupo de artes circenses (malabares),
recreacionistas, y Parche Clown que con sus sonrisas de colores hicieron reír y
disfrutar a los “pacientes” que se aplicaron la vacuna.
“El poder está en nosotros mismos para
modificar esos desajustes, ya que la vacuna contiene altas dosis de amor,
autoconfianza, autoestima, respeto, y esos componentes van a disminuir la
posibilidad de tener depresión y ansiedad. La recomendación es que nos apliquemos
la vacuna diariamente para que nuestro cerebro empiece a producir endorfinas y
sustancias positivas de alegría y felicidad”, concluyó la psicóloga.
Jazmín Martínez Sierra
Agencia Q
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