El
dengue fue el tema tratado en el CPC (Caso Patológico Clínico) del pasado
viernes (16 de agosto), realizado en el auditorio Gustavo Román Rodríguez de la
Uniquindío.
El
dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura de un mosquito que
se halla en los reservorios de agua para uso doméstico, es decir, en floreros,
llantas, estanques, etc. Puede darse hasta cuatro veces en la vida de una
persona, comprometiendo distintos órganos de su cuerpo como el hígado, los riñones,
el cerebro y los pulmones.
Fiebre,
diarrea, sangrados, dolor abdominal y dificultad para respirar son varios de
los síntomas de este virus que por estos días es diagnosticado con frecuencia
en los centros de salud del Quindío, departamento que aporta un 1% de los
pacientes infectados del territorio nacional, de los cuales un 45% tienen 14
años.
Existen
dos tipos de dengue: el clásico con o sin signos de alarma y el grave. Ambos se
presentan en tres fases: la febril, la crítica y la de recuperación. Pese a que
todas las personas están en riesgo de contagiarse, son los niños, los ancianos
y las personas que tienen alguna enfermedad como diabetes, falla hepática,
falla cardíaca, hipertensión y Epoc (enfermedad pulmonar obstructiva crónica),
quienes lo padecen de manera más severa.
Mirna
Mesa, pediatra de la Universidad del Quindío, dio algunas recomendaciones tanto
a estudiantes de medicina como a la comunidad en general: “Los estudiantes de medicina deben conocer el dengue y aprender a
diagnosticar los casos severos y su manejo, y a la comunidad se le recomienda
no tener dentro del hogar matas o flores que necesiten agua, que tenga otro
tipo de elementos ornamentales y que si tiene tanques para el reservatorio de
agua que estén tapados. También se puede ayudar utilizando repelentes para
evitar la picadura del mosquito”.
Laura
Guarín
Agencia
Q
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