UN "MALDITO LOCO" QUE GUSTA DEL HUMOR

De estatura media, un tanto robusto y con una aparente calva, Jhon Fredy Morales, nacido en el municipio de Sevilla (Valle) es un humorista empedernido, amante del licor y de las largas tertulias con sus amigos en las madrugadas.

En esta ocasión fue invitado por Zoofilia, programa radial de la UFM Stereo de la Universidad del Quindío, para ser parte de la programación del II Evento realizado y coordinado por el mismo programa el pasado jueves en la noche.

¿A qué edad inicia su labor como humorista?

Realmente desde los cuatro años hago teatro, pero el trabajo en emisoras lo inicié a los 12 años y allí empecé a despertar ese instinto humorístico. Trabajé en canales locales como TV13, Cable Unión, Telepacífico, Señal Colombia y otros.

¿Entiende su labor como un arte, gusto u oficio?

Para mí la labor que ejerzo son dos cosas: es un gusto, pero también es un arte porque a través del humor logro sacar a las personas de sus malos estados de ánimo y me permito trasportarlas a un ambiente lleno de risa. Además los saco de la monotonía.

¿Su labor es heredada o aprendida?

Yo creo que la aprendí, porque mi papá es un santo, no toma, no fuma, no baila y casi no le gusta salir. Mi mamá de vez en cuando se toma uno chorritos con la familia, ella jamás se le pasó por la mente contar cuentos, pero luego yo le enseñé y ahora no hay quién la pare… No me la aguanto. –Risas-

¿Tiene algún nombre artístico?

Sí, ‘Gordonea’, me lo puso ‘El maestro’…mi mejor amigo, mi amigo del alma quien es humorista también: Adrián González.

¿Teniendo en cuenta la temática del II Evento Zoofilia, con qué animal se identifica? ¿Por qué?

Con el tiburón blanco, porque es astuto, sigiloso y me gusta morder. Si te descuidas te muerdo… (Sin comentarios)

Defínase en una palabra:

En tres: un maldito loco.

El hecho de que sea humorista lleva a muchos a pensar que es una persona de muy buen genio ¿Cómo define su carácter? ¿Se contradice o complementa éste último con su profesión?

La verdad tengo un carácter fuerte, de hecho soy ‘malgeniado’, pero lo sé disimular muy bien. No creo que se contradiga con mi labor porque me encanta reírme y nunca se me nota mi mal estado de ánimo, no soy de los que insulto porque soy amante del respeto y lo cultivo. Muchas de las veces que he tenido mal genio me han servido para luego contar historias bastante curiosas, entonces más bien se complementa.

¿Cuánto se demora preparando una presentación?

Yo hago listas, por ejemplo: Prostitutas, policías, pastusos, animales, y gays. Así con cada tema hago tandas de chistes o historias.

¿Dónde ejerce actualmente su profesión?

En el Parque de la Concordia de Sevilla, a las dos de la mañana con cinco o seis cervezas encima. Es más bien un parche de amigos.

¿Por qué un parche de amigos y no algo institucionalizado?

Porque hemos tratado varias veces de hacer shows programados pero la mayoría de veces no nos salen. La gente es todavía muy arrogante y reacia con los temas que trato. Son temas no aptos para cardíacos ni para menores de doce años.

¿Cuánto ha sido lo que más ha durado contando chistes?

Pues un día con mis amigos duré cuatro horas seguidas. Empezamos a las dos de la mañana y cuando menos pensamos ya estaba saliendo el sol.

¿Alguna anécdota en especial?

Sí, Café Mate, Armenia-Quindío. En ese café me invitaron a contar unos chistes y cuando estaba contando mis historias, no llevaba quince minutos y el dueño del lugar me sacó. Recuerdo mucho esto porque el ‘man’ me censuró, dijo que esos chistes ya estaban muy groseros y algo que odio es que me censuren.

¿Qué le debe a su profesión?

Le debo la alegría de la gente que comparte conmigo esas locuras, porque siempre que cuento un chiste están conmigo, nos reímos y me dicen que están contentos de estar con una persona que derrama alegría y pues eso es gratificante.

Laura Manuela Bedoya
Especial para Agencia Q