
El profesor Jay Rosen de la Universidad de
Nueva York afirma que “cuando las personas antiguamente conocidas como
audiencia utilizan las herramientas periodísticas que tienen a su alcance para
informarse unos a otros, eso es periodismo ciudadano”.
Habitantes que generan, recogen y distribuyen
información, haciendo uso de la innovación tecnológica, se convierten en actor
activo de los hechos noticiosos y medios de comunicación.
Seis reconocidos periodistas nacionales que
participaron en el evento 4 Miradas al Periodismo, realizado por la Gobernación
del Quindío como celebración del día del periodista, contaron a Agencia Q lo
que piensan acerca de esta transformación.
¿Qué
opinión le merece el llamado periodismo ciudadano? ¿Cree que éste representa un
aporte o por el contrario una amenaza para el periodismo serio y veraz?
Hollman Morris: No
sé si representa un aporte, pero sí es la visibilización de la voz ciudadana.
Dudo del adjetivo “reportero ciudadano”, pero sí, yo creo que los ciudadanos
tienen que expresarse y de ahí a que eso sea reportería o periodismo hay un
trecho. Lo importante es que se cumple con el objetivo y el derecho de dar voz a los ciudadanos.
Fernando Ávila: El
periodismo ciudadano me parece útil en la medida en que los periodistas no pueden
estar en todas partes. Lo he visto en los barrios, en pueblos pequeños y en
muchas partes. Me parece que es algo que puede complementar el trabajo
profesional que se hace en los medios.
Un ejemplo contundente de calidad es Juan
Gossaín que ejerciendo su profesión de contador en un molino de arroz en San
Bernardo del Viento, Córdoba, escribía crónicas en sus ratos libres, las cuales
enviaba al periódico El Espectador y que don Guillermo Cano publicaba, incluso
algunas en primera página.
Si el periodismo ciudadano es eso,
bienvenido, porque de ahí salió una de las figuras más destacadas del
periodismo colombiano. Ahora, si el periodismo ciudadano es otra cosa,
utilizándolo como campaña personal, no debe tener espacio en los medios.
Álvaro Vélez Isaza, “El contador de
historias”: Con sinceridad me parece una aberración, no
toda persona está facultada para ejercer el periodismo. Quizá todos tenemos la
capacidad de manejar aparatos tecnológicos, pero no por eso la capacidad de
hacer un análisis, redactar bien una noticia, darle contexto a lo que está
pasando.
Los periodistas nos formamos en materias como
sociología, antropología, psicología de la comunicación, gramática, redacción y
una serie de cualidades. Finalmente, esto está sucediendo y nosotros mismos
somos cómplices del deterioro de la imagen de los periodistas en Colombia. Los
reporteros de la calle, como también son conocidos, deben ejercer en lo que son
preparados y los periodistas estamos llamados a ser muy buenos en lo que
hacemos.
Antonio Morales: Yo
creo que una cosa no excluye a la otra, cada cual en su ámbito. El periodismo
ciudadano no puede reemplazar el periodismo profesional, formado de contextos,
textos y subtextos, y de formación, eso no es posible.

Siento que lo que ha ocurrido con el
periodismo ciudadano y que fundamentalmente transita por las redes sociales y
por internet en páginas, blogs, es que se constituye como un elemento mucho más
libre que coadyuva en acopiar más información para el periodismo profesional.
De tal manera pienso que una cosa y la otra pueden convivir armónicamente, que
se complementan, pero no son excluyentes de ninguna manera, no se puede
prescindir de los periodistas profesionales.
Javier Darío Restrepo:
Creo que es un aporte en el sentido que nos está obligando a los periodistas a
hacer un periodismo que no pueda ser reemplazado por la tecnología, todo
depende del propio profesional. El que comienza a ejercer su profesión como si
fuera un periodista ciudadano, es uno que está dando una información a medias.
Si el periodista ve que el reportero ciudadano solo se atiene a lo que ve y oye
pero no estimula la inteligencia y él si lo hace, está ejerciendo un periodismo
que aprovecha las ventajas tecnológicas.

Los profesionales en el área, mal que bien
tenemos unos autofiltros y filtros dentro del medio de comunicación, antes de
emitir una información, mientras que el ciudadano no.
El lado positivo, finalmente, me parece que
la existencia de esos ciudadanos del común que hacen llegar información,
permite que los medios democraticen la información, posibilita llegar a lugares
donde no es fácil llegar, es como tener un nervio extendido por toda la
sociedad. Sin embargo creo que toda esa información debe llegar a manos de un
periodista, quien la debe evaluar con el rigor que se nos exige a nosotros para
recoger, procesar y distribuir información.
Julieth Delgado Salazar
Agencia Q
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