Este proyecto va dirigido a los familiares de
los pacientes que se encuentran hospitalizados en la UCI (Unidad Cuidados
Intensivos), “sabemos que parte de nuestro cuidado integral debe incluir a la
familia, vimos la necesidad de establecer procesos de comunicación asertiva
entre el personal y las familias para ayudarlos a disminuir los niveles de
ansiedad ya que la UCI es un lugar donde se encuentran pacientes críticamente
enfermos”, explicó Keissy Giraldo.
Carolina Loaiza Ramírez, auxiliar de enfermería
de la UCI, afirma que el proyecto “es interesante porque para las familias es
difícil entrar y ver al paciente con tubos, con cables, que no se mueven, que
no hablan. Me parece una buena idea explicarle a la familia las condiciones en
las que va a encontrar a su ser querido”.
El proyecto ha generado un impacto positivo
en la población quindiana. Se ha evidenciado la disminución en los niveles de
ansiedad de los familiares, aumento en la calidad de atención en salud, así
como la mejoría en los procesos de comunicación entre personal de salud y
familias, interacción con el paciente y manejo de duelo: resultados que avalan
la viabilidad del proceso de vinculación.
“La familia tiene que convertirse en una
herramienta vital para los procesos de salud-enfermedad, este proyecto es
maravilloso porque logramos convertir la UCI en una unidad más amigable", argumentó Ingrid Caicedo Martínez, docente del programa de Enfermería y enfermera Jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del San Juan de Dios.
La Profesional agregó que "aunque los procesos vividos aquí son de dolor, de desesperanza, de incertidumbre, sabemos que sí es posible involucrar a las familias en procesos simples, de alimentación, de cuidado, de masaje, de cambios de posición, donde la familia se sienta comprometida con ese ser humano que ama, disminuya el dolor y el duelo, y se siente útil con su ser querido. La familia siempre será el segundo paciente”.
La Profesional agregó que "aunque los procesos vividos aquí son de dolor, de desesperanza, de incertidumbre, sabemos que sí es posible involucrar a las familias en procesos simples, de alimentación, de cuidado, de masaje, de cambios de posición, donde la familia se sienta comprometida con ese ser humano que ama, disminuya el dolor y el duelo, y se siente útil con su ser querido. La familia siempre será el segundo paciente”.
Jazmín Martínez Sierra
Agencia Q
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