Cerca
de 40 poetas se dieron cita en Pereira, del 20 al 24 de agosto, en el 7°
Festival Internacional de Poesía, Luna de locos.
Entre
nacionales e internacionales estuvo Carlos Alberto Castrillón, quien con sus
palabras fue la cuota uniquindiana.
Castrillón,
docente del programa de Licenciatura en Español y Literatura, y magíster en
literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira, ha publicado cuatro libros
de poesías y cerca de 30 libros con temáticas literarias y académicas.
“No releo los libros académicos porque no tienen un
vínculo afectivo conmigo”. Entre poemas se halla su pasión por
arreglar computadores, “yo
estudié ingeniería de sistemas, no me gradué nunca de ingeniero sino de
tecnólogo por el terremoto donde tuve que interrumpir los estudios”.
¿Cómo fue su experiencia en Luna de
Locos?
El
festival tenía dos componente muy interesantes, primero la poesía indígena
colombiana y segundo la poesía afrodescendiente colombiana. La experiencia fue
muy interesante porque había una conjunción de culturas; la poesía tradicional,
más la del Pacífico y la de los pueblos indígenas contemporáneos. Muy
interesante que formas distintas puedan conversar en un festival.
De los poetas invitados al festival ¿con
cuál sintió más afinidad?
Pues
con muchos, de varios ya soy amigo y comparto, por ejemplo con William Ospina.
Con Andrés Morales, poeta chileno, al cual yo no conocía, existió una charla
muy chévere y con los tres poetas indígenas Hugo Jamioy, Vito Apüshana y Fredy
Chicangana, poetas indígenas contemporáneos que han ganado muchos premios, hubo
gran empatía.
¿Quería conocer a alguno de los poetas invitados
en particular?
Sí,
a Daniel Samoilovich, porque es un poeta muy importante, que marcó toda una
etapa de mi trabajo en los años 90, pero yo lo había conocido solo a través de
los libros. Verlo y poder hablar con él,
compartir inquietudes, decirle lo que su poesía significó en mi trabajo y
mostrarle mi poesía fue muy importante, logramos intercambiar libros.
¿Estuvo presente en todo el festival?
Estuve
una semana. Tuve participación jueves, viernes y sábado, leyendo poemas y dando
conferencias, como ‘Maneras de mirar la joven poesía colombiana’, donde estuve
acompañado por Pablo Montoya, William Ospina, Flobert Zapata, Juan Felipe
Robledo y Rubén Darío Sierra.
¿Cómo ve a los jóvenes poetas
colombianos?
Pues
como decíamos allá en el festival, tenemos unos poetas que tienen unas
posibilidades a las que poetas anteriores no pudieron acceder, por ejemplo las
formas de difusión de la poesía han cambiado, ahora cualquiera puede publicar
un libro digital y distribuirlo sin ningún problema, mientras que antes era un
proceso complejo, muchos no podían y así morían muchas obras. Ahora los poetas
tienen esas amplitudes de distribución de sus obras y si son buenos poetas
pueden surgir y si no quedan olvidados entre miles de millones de textos que
circulan en la red.
¿Siente que con las nuevas tecnologías y
las nuevas generaciones la poesía ha sido echada al olvido?
No,
en absoluto, simplemente la poesía ha cambiado. Un grafiti es poesía, una
fotografía es poesía, un buen video es poesía, la cuentería tiene su forma de
poesía, entonces la poesía ha cambiado los lenguajes, los soportes, ya no son
solamente palabras escritas en el papel.
¿Qué piensa de las publicaciones
digitales?
Me
parece muy bien, yo tengo casi todos los libros recientes en formato digital.
Los obsequio en formato digital y algunos, cuando yo tengo el derecho, los
monto en la nube para que cualquiera los pueda descargar y leer. Eso sí, si el
libro es comercial o tiene los derechos una editorial no se puede montar en la
red.
Enviar
libros al exterior cuesta mucho dinero, entonces es muy difícil compartir
libros con lectores y autores lejanos, así que un buen PDF ayuda bastante.
¿De dónde nace su deseo por escribir poesía?
Yo
escribo poesía desde hace muchísimos años, desde 1980. No es algo que haya
ocurrido recientemente. Son vocaciones, formas de expresión, cada uno encuentra
la forma de expresarse.
¿Cómo definiría su estilo de poesía?
Es
difícil de definir la poesía de uno, yo diría que es poesía contemporánea
colombiana. Es decir poesía que trata de los asuntos del ser humano
contemporáneo, por eso me motivan los problemas del hombre contemporáneo, es
decir la forma como se vive, como se trabaja, como se sufre, eso es lo que más
me preocupa.
Podría
ser ‘Poema del abandono’, ese poema para mí es muy importante, a alguna gente
le gusta, pero digamos que no es un poema que guste tanto como otros, pero para
mí es muy importante porque es vivencial.
En
general los poetas contemporáneos no escribimos mucho sobre la vivencia
personal, generalmente escribimos sobre ideas más universales, pero ese poema
si nació de una vivencia personal, es decir escribirlo fue una especie de
catarsis, como algo que era necesario escribir para matar a un demonio. Es un
poema de una separación, y las separaciones siempre son dolorosas.
Ahora,
hay uno que siempre cuando voy a festivales me piden que lea, es un poema que
se titula “A mi casa” comienza diciendo “a mi casa solo llegan los mendigos”.
Hay poemas que impactan más que otros. A mí me interesa más el poema que le
interese al otro.
¿Cuál es su poeta favorito?
Son
muchos, pero uno muy importante para mí por ejemplo es Roberto Juarroz, poeta
argentino, sumamente importante en la poesía, muy influyente en toda
Latinoamérica, con una poesía profunda, increíble que siempre significa muchas
cosas. También la poesía japonesa me gusta por la delicadeza, por la brevedad,
yo escribo Haikú, uno por ejemplo que tengo aquí dice “Bajo techo una espiral
desnuda, un caracol violento”. Entonces son poemas muy breves, muy precisos, un
poco misteriosos, el sentido como que no se capta muy bien pero que da una
imagen, me gusta mucho esa poesía.
¿Cuál es el poeta colombiano que le ha
marcado su trayectoria en la poesía?
José
Manuel Arango, porque era un gran poeta, un poeta muy urbano, pero al mismo
tiempo de una sensibilidad muy profunda y porque también era amante de la
poesía japonesa, fue traductor de ella.
¿Cuál es el libro que más ha releído?
El
libro de Ryokan ‘El gran tonto’, porque Ryokan fue un poeta japonés muy
importante para mí, muy importante para la poesía japonesa y yo hice la
traducción de ese libro, siempre lo comparto con la gente, se lo entrego a
alguien cuando deseo compartir un gusto en particular con la poesía, ese libro
siempre está presente en versión física y digital. Como está en google books me
es más fácil compartirlo con la gente.
¿Una reflexión para jóvenes que deseen
dedicarse a la poesía?
Leer
mucho. No se puede escribir sin leer, la escritura nace de la lectura.
Yveen
Morales
Agencia
Q
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