Sentadas en las sillas de la Fundación Teatro
Escondido, las personas mayores del barrio La Mariela, situado en el norte de
Armenia, esperan cada tarde la llegada de la jefe Ingrid y sus estudiantes de Enfermería
de la Uniquindío.
Durante tres años consecutivos, los
aprendices del programa de Enfermería han intervenido a esta
comunidad, vulnerada por diversos factores. Ingrid Caicedo, profesora encargada,
explicó cómo se da el trabajo articulado entre semestres:
“Séptimo semestre se encarga de adultos
mayores. En este momento en la comunidad también está segundo semestre que
realiza el mapeo del barrio, el diagnóstico comunitario, donde ellos que apenas
empiezan su proceso de encuentro con las comunidades nos indican qué grupo
tiene falencias y en qué aspectos de su salud para que nosotros programemos las
actividades”.
De lunes a jueves, de 2 a 4 p.m., docente y
alumnos brindan educación casa a casa, examinan a sus habitantes, que en muchos
casos no están vinculados al sistema de salud o no pueden acceder fácilmente a
ningún centro de salud. De hallar patologías establecidas, los remiten a alguna
de las entidades prestadoras de este servicio, dispuestas siempre a atender
estos pacientes.
El viernes, último día de trabajo en la
semana, los estudiantes seleccionan un lugar, ya sea el teatro, la caseta
comunal u otro, y ofrecen a los asistentes, a través de una actividad teórica y
recreativa, herramientas que les permiten crear una conciencia de auto cuidado.
Con experiencias como esta, el Programa de
Enfermería genera procesos de extensión, es decir, traslada la universidad a la
comunidad, proporcionándoles a sus educandos una enseñanza en contexto
sustentada en problemas y soluciones
reales.
“Nosotros lo que buscamos con estas venidas a
los barrios es acercarnos a la comunidad y no esperar a que ellos vayan y nos
busquen hasta las instituciones y centros de salud, y así poder brindarles la
educación para prevenir que aparezcan ciertas enfermedades y en caso de que ya
las tengan facilitarles el tratamiento”, manifestó Ángela Vásquez, estudiante
de séptimo semestre.
Don ‘Leo’, uno de los
adultos mayores que se ha favorecido con la labor, comentó: “Las temáticas no
son buenas, son súper buenas, porque son bien explicadas, bien desmenuzaditas y
porque aprendemos y aplicamos lo que nos enseñan. Yo quisiera que vinieran más
frecuentemente y nos colaboraran más, porque acá hay mucha gente que lo
necesita”. Para Ingrid Caicedo, son estas expresiones de gratitud las que motivan
para seguir llevando la enfermería a estas localidades.
Laura Guarín
Agencia Q
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