9/4/14

El trauma: un monstruo de tres cabezas al que se deben enfrentar los profesionales de enfermería

Para Dora Marcela Llanganate, docente del Programa de Enfermería de la Universidad del Quindío, quien meses atrás fue víctima de un asalto a mano armada que puso en grave peligro su vida, el trauma generado por una situación como esta, “es comparable con un dragón de tres cabezas, en el que la primera corresponde a las secuelas físicas, la segunda a las emocionales y la tercera a las espirituales”.

 Por esta razón, su presentación en la Situación de Enfermería más reciente que tuvo lugar en el auditorio Gustavo Román Rodríguez de 4:00 a 6:00 pm, fue denominada por ella misma: “Análisis de caso frente a la teoría de la incertidumbre de Merle Mishel, TRAUMA: un dragón de tres cabezas”.

“Yo pienso que cuando uno enlaza situaciones como la mía con una imagen o con una alusión a algo, son más fáciles de comprender y de aterrizar a los conceptos humanos; cuando tú te grabas una imagen de tres cabezas y entiendes los tres momentos y los tres entornos en los que está el dragón, es más fácil acoplar una teoría”, argumentó la docente, a su vez protagonista del caso descrito en la actividad.

El trauma analizado como un dragón de tres cabezas, se entiende en tres planos: el plano físico, relacionado con el manejo de heridas y lesiones físicas; el plano emocional que configuran las lesiones psicológicas,  y el plano espiritual, relacionado con lesiones en las creencias unidas al aumento o pérdida de la fe.

Las teorías elegidas por la expositora para el abordaje del trauma desde sus tres dimensiones, fueron la Teoría de la Incertidumbre de Merle Mishel, en donde la incertidumbre es la inadecuación del esquema cognitivo existente, cuya función es ayudar a la interpretación de los hechos a raíz de una enfermedad, y la Teoría de la Auto trascendencia de Pamela Reeds, relacionada con la capacidad del ser humano de aceptar la incertidumbre y lograr un proceso de avance en la progresión del ser que lo lleve a cicatrizar espiritualmente.

El tratamiento del trauma desde las tres esferas planteadas por la docente, es complejo y obliga a que el enfermero o profesional de la salud, independientemente de su credo religioso, impacte con su acompañamiento en las tres circunstancias. De ser así, seguramente el paciente logrará trascender en todos los ámbitos y se recuperará.

“Yo creo que nos estamos quedando en lo corporal, la legislación y todo nos obliga a trabajar en lo físico, descuidando el entorno emocional y espiritual del paciente, olvidando que es un ser humano que siente y cree. Este problema en la atención podría ser solucionado si desde el gobierno nacional se establecieran políticas que le permitieran al enfermero ser, porque aunque en la academia procuramos que los estudiantes se formen en esa capacidad de ser seres humanos, las funciones administrativas que como enfermeros jefes tenemos al trabajar, no nos permiten abordar al paciente en su todo”, concluyó Llanganate.

Laura Guarín

Agencia Q

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