Mientras que la mayoría de los uniquindianos almuerzan en sus casas o toman un descanso al medio día, los integrantes de los equipos representativos de baloncesto, masculino y femenino se preparan para ser los mejores en un deporte que les exige agilidad, rapidez y altura.
Los equipos están comandados por dos profesionales en éste deporte, ellos son Eucardo Villa Herrera y José Luis Martínez Uribe, entrenadores de baloncesto, masculino y femenino, respectivamente.
Villa, quien es instructor desde hace 30 años, dirige el seleccionado masculino de estudiantes en las categorías titular y de ascenso, con los que inició un proceso de entrenamiento el 11 de agosto del año 2010. “Estamos iniciando un trabajo con jugadores que vienen con una madurez técnica – competitiva, mas no con una madurez conceptual e intelectual de lo que es el juego como tal”, que es la actual exigencia de las altas competencias universitarias, expresó.
Algunos de los integrantes de los equipos, que se esmeran por cada día ser mejores, son:
Cristian Alexis Angulo, estudiante de VI semestre de Licenciatura en Educación Física y Deportes, quien empezó a jugar baloncesto a sus 13 años, porque compañeros de la calle Sorvasquez, en Buenaventura (Valle), mucho mayores que él, le insistían en que por su talla podía jugar éste deporte y “empecé en el baloncesto viendo videos, me fue gustando y empecé a practicarlo”. El fuerte en el campo de juego de este deportista, que ha pasado por la selección Colombia, son las penetraciones, es decir, las idas al aro. Un reto que vislumbra como basquetbolista es quedar campeón nacional con la Universidad.
Andrés Camilo Acevedo Durán, de 18 años de edad, estudia Licenciatura en Educación Física y Deportes, mide 1.79 centímetros y pesa 76 kg. Ingresó al equipo de ascenso, que es un equipo que está en proceso de aprendizaje y se reúne todos los lunes y miércoles a las 4:00 p.m. en el Coliseo de la Universidad.
El entrenador Villa le vio potencial y lo invitó a entrenar con el equipo titular. Con sus demás compañeros, la integración “es amena porque los conozco desde antes y la confianza que da el profesor es muy confortable”. Antes, Andrés Camilo jugaba fútbol, pero por una complicación en su rodilla decidió investigar qué era eso del baloncesto y encontró simpatía con ésta disciplina.
Por su parte, Edwin Caicedo Giraldo es un calarqueño de 23 años, que mide 1.94 centímetros, pesa 105 kg y estudia Licenciatura en Educación Física y Deportes. Inició en el baloncesto a los 15 años y dice que dentro de la cancha, su fuerte es “jugar al alero”. Ha estado en el equipo de la Universidad desde que inició su carrera y cuando hay torneos nacionales juega con la Selección Valle.
En el otro lado de la cancha se encuentra el equipo femenino. Heidy Lisbet Gonzalías Álvarez, tiene 18 años y estudia III semestre de Licenciatura en Educación Física y Deportes. Empezó a practicar baloncesto desde los 14 años, “de pura curiosidad y ahí me quedé. Es algo que apasiona, sentir la adrenalina, pensar que uno puede ganar un partido”, dice. Esta joven, originaria de Popayán, juega de poste.
Asimismo, Alejandra María Torres Ciro estudia III semestre de Trabajo Social, tiene 21
Por su parte, María Isabel Ocampo, estudiante de I semestre de Contaduría Pública, venía a la Universidad con la idea de entrar al equipo. A sus 17 años y con 1,59 centímetros de estatura, ella considera que su fortaleza es la agilidad en el campo de juego.
La mayoría han integrado los equipos desde que ingresaron a estudiar sus programas académicos y hablan del baloncesto con alegría; incluso muchos de ellos como Cristian Alexis, dicen querer practicarlo “todo el resto de la vida”, ser directores técnicos de equipos profesionales, o preparadores físicos.
Por ahora ellos siguen entrenando diariamente, desde las 12:00 m. hasta la 1:30 p.m., para demostrarse a sí mismos de lo que son capaces y a la vez, enaltecer el nombre de la Universidad del Quindío siempre que salgan a dejarlo todo en la cancha.
Cristian Arcos
Agencia Q
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