1/4/11

LA IMPORTANCIA DE SABER DÓNDE ESTÁ PARADO


La evaluación de la amenaza sísmica, una retrospectiva, fue el tema del conversatorio de ingeniería que se realiza cada miércoles, como parte del proyecto cultural de la Facultad.

En esta oportunidad, estuvo precedido por Hugo Monsalve, ingeniero civil de la Universidad del Quindío y Magister en ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Monsalve destacó la importancia de conocer el propio subsuelo al momento de plantear y construir modelos sismo-tectónicos, pues las condiciones del terreno varían de un lugar a otro y lo que funciona en California puede fallar en el Eje Cafetero y viceversa.

La idea es considerar todos los factores que contribuyen a la amenaza sísmica, como las tasas de recurrencia, el promedio de intensidad, la aceleración pico, la profundidad, la forma en que se propagan las ondas, las fallas del territorio, etc, y bajo esas condiciones hacer simulaciones para anticiparse a las consecuencias que pueden traer los sismos.

Sin embargo, a la hora de hacer este tipo de estudios, uno de los grandes retos es la escasa cantidad de información sobre los sismos de la región, ya que “se cuenta con datos registrados a partir de 1993, que son pocos si se tiene en cuenta que los sismos vienen desde el periodo cuaternario”, dijo el expositor.

Finalmente, y ante una pregunta del público, Monsalve explicó que los sismos como el de Japón (con magnitud 9 en la escala de Richter), se producen tanto por las condiciones geográficas como por la liberación en segundos de energía que se ha acumulado en la(s) falla(s) durante más de 140 años.

Y aunque en el Quindío las condiciones son diferentes y se cree que la magnitud máxima de un sismo estaría entre 6.7 y 7 grados, las medidas más prudentes incluye seguir estudiando el subsuelo para hacer construcciones adecuadas y educar a la población para que pueda afrontar este tipo de fenómenos de la manera más adecuada.



Jennifer Andrea López
Agencia Q

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