16/5/11

ENTREVISTA/ DIÁLOGO CON LOS INTEGRANTES DEL TEATRO EQUIZ

Jaime Torres y Ramón Hernández, integrantes del Teatro Equiz, presentaron el pasado viernes la obra Las Criadas, en un despliegue de energía, sensorialidad, intencionalidad e introyección que requieren los personajes de la obra francesa de Jean Genet.

Los actores dejan fluir el manejo de sus cuerpos, el sentimiento de las palabras y la fuerza del espíritu entre las telas, el manejo de imágenes, los movimientos agrestes, los suaves, entre la amargura del desconsuelo, entre la absurdidad de la pobreza y la riqueza, en medio de la burla, el llanto, la desesperación, la soledad y un maniquí.


Jaime Torres, “un cero a la izquierda fuera del escenario”

Anita del Castillo: ¿Por qué el teatro?

El teatro se convirtió en mi oxígeno, porque yo fuera del escenario soy una persona infeliz. Yo no concibo mi vida sin estar sobre un escenario, ahí respiro, ahí soy yo, ahí puedo dar mi grito frente al mundo. Cuando soy Jaime Torres como un ciudadano civil, soy un cero a la izquierda, no puedo hablar porque no voy a ser escuchado, pero ahí en el teatro puedo gritar, gritar todo lo que yo quiera, el teatro es lo que más amo en mi vida y es lo único que haré por toda mi existencia y moriré ahí porque no quiero hacer otra cosa, puedo hacerlo, pero no quiero… es mi oxigeno.

¿Cómo nace el amor por el arte de las tablas?

Tal vez el fijarme en el mundo en el que estaba me condicionó en la niñez a sentir más tarde amor por el teatro, de pronto la mayoría de los niños tienen una concepción infantil y se reducen a ese mundo, de pronto me pasó eso, que empecé a ver el mundo con infelicidad, a verlo no enmascarado ni disfrazado como nos lo muestran o como la mayoría de personas que anda por la calle pensando que no pasa absolutamente nada.

¿Qué te aporta el Teatro?

El mundo del teatro me ha ayudado a madurar, a conocerme como ser humano, a conocer mi cuerpo y saber qué puedo hacer con él, porque es la herramienta principal del actor, si no conoces tu cuerpo no te va a responder. Y para conocer tu cuerpo no es necesario intelectualizar sino saber qué es lo que se está haciendo.

¿Cómo es la vida de Jaime fuera del escenario?

Las 24 horas del día pienso en teatro, pienso en escenas en imágenes, movimientos, música, colores, en enriquecer lo que hago cada vez.

¿Cómo vive Jaime el amor y el alma?

El amor es un perfume y el alma es el olor del perfume, ese perfume que llevo dentro, es lo que me hace mover la carne, lo que me permite pensar, lo que me permite sentir, llorar, ser feliz.


El teatro de Ramón, un homenaje a su padre.


Ramón Hernández es un apasionado por el arte, practica teatro desde los siete años de edad. Soñador, espiritual, con “vísceras y loco”, como se lo decía su seguidor número uno: su padre, quien le da la fuerza que necesita Ramón para salir al escenario y que hoy, desde algún lugar, quizás del cielo, lo acompaña.

Katherine Mendieta: ¿Por qué te decidiste por el teatro?

Porque desde pequeño me apasioné por el arte. Mi papá me enseñó esa cultura de amar el arte, por eso el teatro, es el arte que lo abarca todo, que tienes que hacer cualquier cosa y lo puedes hacer, porque es un universo tan paralelo y tan majestuoso que tú solamente muestras el cuerpo: el espíritu está hecho para actuar.

¿Cómo fue empezar en el teatro?

Empezar es una mierda, en mi casa todos se opusieron cuando les dije que lo que yo quería hacer en la vida era teatro porque querían que fuera militar. Luego se dieron cuenta que yo no iba a ser militar, si no que yo iba a ser artista y siempre hubo la crítica, la juzga, pero esto es un trabajo que aparte de ser muy empírico, yo mismo lo he buscado y lo he luchado con las garras, he aguantado hambre, he estado horas en filas gigantes, he tenido la gente burlándose encima de mí diciéndome usted no puede.

¿De dónde sale la fuerza para subir al escenario?

Primero mi sueño, segundo ese Jean Genet que llevo dentro de mi cuerpo, ese odio y esa repugnancia que siento por la vida misma, el amor, es todo mezclado: amor, odio, fuerza, ira, me hacen dar la oportunidad de decirle a todos lo que llevamos dentro, esa furia interna, es lo más espectacular de salir al escenario porque lo entrego todo.

¿Se puede vivir del teatro?

Yo vivo del teatro por supuesto, no se hace nada más. También tengo varios trabajos.

¿Qué haces aparte del teatro?

Estudio francés, danza contemporánea, soy profesor de danza. Esto es una carrera que tú tienes que ir estudiando siempre, siempre, siempre. Soy egresado de la Escuela de Artes de Bogotá, he tenido varios maestros de la televisión colombiana, pero para mí el mejor maestro es Uriel Vásquez del Quindío y Jaime, mi director.

¿Qué es lo mejor del arte de las tablas?

Lo mejor del teatro es la pasión y el amor con el que lo haces, la oportunidad de decirle a las personas: hola, existo, pese a las sombras de Las Criadas.

¿Cuántas veces has presentado la obra Las criadas?

La hemos presentado por ahí 40 veces seguidas y me he presentado más o menos 400 veces.

¿La experiencia más significativa en teatro?

El día que me presenté en Barranquilla, 20 minutos antes de salir al escenario me avisan que se había muerto mi abuela, fue algo que golpeó mi alma y mi espíritu tenazmente, pero me presenté y fue una obra bestial, hoy fue brutal.

¿Fuerza bestial?

Sale por el odio de no poder estar con mi familia. Siempre busco en medio del público a mi papá, mi papá era el fans número uno, el que nunca se perdía un espectáculo de su hijo el ‘Loco’, y ahora no está. Fue el tipo que siempre me quería ver en un escenario montado, es el tipo que me insistió amar esto, es único y es vida. Aún me acompaña y me da la fuerza para seguir persistiendo en este sueño, porque no es chiquito, es un sueño gigante. Algún día voy a ser lo que todos queremos ser: una persona que le sirva a los demás.

¿Cuál ha sido la peor experiencia en teatro?

La peor experiencia fue a los 15 días de haberse muerto mi papá, haberme presentado -me vas hacer llorar-, la muerte de mi abuela, la despedida de nuestros integrantes del grupo, el rechazo de los demás, el rechazo de la gente que más he amado, pero ahora es cuando quieren ser mis amigos cuando ya no me interesa. Pero la más fuerte fue la muerte de mi papá.

¿Tienes algún ritual antes de salir al escenario?

Antes de salir de mi casa prendo un velón blanco, esa luz es para mi papá, para que él pueda venir a verme. Empiezo a concentrarme, a llamar mis peores experiencias, a involucrarme. Empiezo a dejar mi postura corporal, asumir a Solangel, tengo unas palabras clave, unas invocaciones al más allá, todo este cuento en la cultura teatral en nuestra misión es un homenaje a Jean Genet, entonces siempre hay que invocarlo para poder sacar la fuerza. Ese es el ritual además de abrazos y rezar.

¿Un consejo para todas las personas que sueñan con hacer teatro?

Que no jueguen a la parodia de ser el artista, esto es sangre, esto no es mierda, esto es la vida. Y el gran consejo que les doy es que lo dejen todo y que crean mucho en Dios, porque Dios es la fuerza más motivadora para que cuando caigas, vuelvas a levantarte con los ojos más grandes y más fuertes para decir: soy capaz.

Fotos de Alejandra Rodríguez
Agencia Q

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