Ecuaciones como éstas, aunadas al cálculo matemático, la resolución de problemas, la pasión y el cariño por los números, son para el grupo ‘Desarrollo y Pensamiento Matemático’ de la Universidad del Quindío, el recurrente cada semana.
Niños de edad escolar, son los partícipes de este conjunto, en el que se demuestra que la lúdica y la buena asesoría, son los elementos claves para que las clases con números sean amenas y educadoras.
La iniciativa que propende por crear ambientes de enseñanza y aprendizaje de las matemáticas, enriquecidas con tecnologías computacionales que permitan mejorar el desarrollo del pensamiento matemático de los estudiantes, es encabezado por el Grupo de Estudio y Desarrollo de Software (Gedes), el cual, bajo la tutoría de Jorge Hernán Aristizábal y Leonardo Duván Restrepo, llevan a siete niños hijos de administrativos y docentes uniquindianos, de 3.00 a 5:00 p.m. el más ameno encuentro, los días martes de cada semana.
“Estos proyectos son muy importantes, pues es bueno que los niños le cojan amor a la matemática. Siempre se ha tenido el imaginario de que ésta es muy dura, entonces lo que queremos demostrar es que existen alternativas para su aprendizaje de mucha entretención y acabar con ese supuesto”, comenta Jorge Hernán Aristizábal Zapata, licenciado en matemática y computación, y profesor del grupo adscrito al programa de Licenciatura en Matemática.
Educación matemática con ambientes informáticos, es la línea de acción que Gedes propulsa para dar respuesta a las necesidades en ésta área.
Leonardo Duván Restrepo, docente vinculado al grupo Gedes hace once años, asevera que “lo más importante es que los niños le cojan cariño a la matemática y vean que siempre hay cosas novedosas e interesantes por aprender en este campo. La idea es motivar desde el comienzo y primeros años, para nosotros tener niños tan activos que hacen algo próspero para su futuro y que tienen que ver con las matemáticas, es muy gratificante”.
Temas generales, que se particularizan para los niños integrantes del grupo a través de material escrito, actividades y software educativo, permiten sumar para que el desarrollo del pensamiento matemático sea, para este par de docentes, toda una realidad.
Las clases, que inician con cálculo mental, fomentan la agilidad de estos pequeños matemáticos, permitiendo el crecimiento exponencial de sus capacidades de atención, agilidad y proceso mental.
José Manuel Marín, de once años y participante del grupo, afirma, haciendo gala de sus destrezas: “me gusta porque es divertido, me enseñan entre muchas cosas cálculo mental y eso me da ventajas en mi colegio, pues desarrollo mis capacidades y es chévere porque me da habilidades en matemáticas y aprendemos”.
Así, estos grupos uniquindianos favorecen la creación de una nueva mentalidad en la que la fobia y pereza por las matemáticas son cosa del pasado.
Julieth Delgado Salazar
Agencia Q
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