Los
biólogos uniquindianos se reunieron el 31 de octubre gracias a una joven que,
lejos de ser una mujer con verrugas, escabrosa y que surca el cielo montada en
una escoba, les brindó un Halloween diferente y digno de exaltar, “porque hace
muchos años también existían brujas hermosas que utilizaban sus conocimientos
para hacer el bien a su comunidad”.
La
celebración del Halloween, ‘Víspera de Todos los Santos’, tuvo para los
auxiliares, administrativos, investigadores del Cibuq y docentes del programa
de Biología, un tinte más sabroso que el de una hortaliza tallada con rostros
terroríficos.
Un
almuerzo celebrado en la sala de conferencias del Centro de Estudios e
Investigaciones en Biodiversidad y Biotecnología (Cibuq), acompañado por un
recital de poemas y danzas celtas, árabes y algo de folclor colombiano, fue el
punto de encuentro para compartir los verdaderos orígenes del tradicional Día
de brujas.
Catalina
Vargas, comunicadora social y secretaria del Cibuq, fue la encargada de idear y
llevar las riendas de esta celebración. “Anteriormente, los celtas utilizaban
el 31 de octubre para involucrar toda la conexión espiritual con la tierra, por
medio del Samhain, que era un momento para hacer el balance de los suministros
de alimentos para prepararse para el invierno; y esto tiene gran relación con
el espíritu de la biología, todo gira en torno a ella”.
El
almuerzo cultural, que reunió a 25 personas, transportó a los comensales más
allá de tres mil años, en los que el uso de trajes y máscaras se debía a la
necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos.
Poemas
de Edgar Allan Poe, recitados en inglés y español por parte de la funcionaria,
completaron el suculento espacio de unión que llevó a los biólogos a vivir un
Día de brujas particular, en el que las calabazas, arañas, gatos y murciélagos
fueron mucho más que un objeto de estudio.
Julieth
Delgado Salazar
Agencia
Q
0 comentarios:
Publicar un comentario