Sonidos de agradecimiento y regocijo, engalanaron la noche del jueves 20 de septiembre en el auditorio de Ciencias Básicas, Humanas y Tecnológicas, en un evento organizado por el Área de Cultura de Bienestar Institucional.
Instrumentos
como la Ocarina, Kena, Charango, Tiple, Toyos, Zampoñas, Rondadores, Flautas
Chamánicas, Birimbao y Chachas, unificaron sus armonías para producir y evocar
la alegría de la esencia e idiosincrasia andina de los asistentes y habitantes
del altiplano.
Takiwaska,
quien dio inicio a esta mágica noche musical en la que predominaron las
sonrisas y los aplausos, lleva cuatro años trabajando en este proyecto que es
un canto a la naturaleza, que enaltece la cultura y que está firme ‘Mirando al
cielo’, el cual además es el nombre de su primer disco.
“El
grupo nace por la necesidad de expresar un canto de amor hacia la naturaleza. Precisamente
fue lo que nos unió, nuestro mismo objetivo, cantarle a nuestra madre tierra
que es nuestra fuente de vida”, afirmó Roberto Zuleta, voz líder.
El
grupo está integrado además por Jaider García en la percusión, Daniel Duque en
los vientos, Mauricio naranjo, su director y Joao Palchucán en la guitarra y
coros, quien es originario del Putumayo e integrante de la comunidad de los
Pastos de Nariño. Ante el orgullo que significa representar la identidad
amazónica, expresó que “es muy gratificante porque observamos la respuesta de
la gente, les gusta y eso nos hace muy contentos”.
Por
su parte, Amauta, el grupo de música latinoamericana de la Uniquindío ‘prendió
la fiesta’ al son de canciones como El Pescador de Totó La Momposina, La Chaza,
Wayayay de Kjarkas y finalmente fue el toque de son cubano evidenciado en el
Cuarto de Tula de Sergio González Siaba y que se hizo popular en
las voces de Buenavista Social Club, lo que puso a gozar a los asistentes a
través de canto, baile, aplausos y enormes sonrisas.
“El
público es muy abierto, muy dispuesto. Vi rumba, había rumba; la gente estaba
muy conectada con el trabajo de nosotros, entonces me gustó bastante”, aseveró
Jorge Mario Sánchez, director de Amauta, agregando que “reforzar la cultura y
sensibilizar es muy clave en su papel, porque trata de contar muchas cosas a
través de la música”.
“La
música andina me ha parecido espectacular desde que estoy acá en la Universidad”,
afirmó Alexis Sánchez, un venezolano y estudiante de Química de cuarto semestre, quién además recalcó que “este
tipo de eventos es muy bueno; se debe apoyar el folclor que poco a poco se va
perdiendo o se va olvidando”.
Así
mismo, Gloria Esteicy Rivera, estudiante de Música del Instituto de Bellas
Artes expresó: “la música me alegra el corazón, lo hace sentir a uno muy vivo,
muy ser, porque ahora la música se ha ido por donde no es”.
Así
se vivió este magnífico evento que mediante la música, dio cabida al jolgorio,
la espiritualidad y al reforzamiento del orgullo de pertenecer a la Región
Andina y a Latinoamérica.
Killy
Alejandra Gutiérrez Guzmán
Agencia
Q
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