Primer acto… Colombia tradicional con un semblante de
Jazz
Alexandra
Bastidas, estudiante de primer semestre del programa de Filosofía y miembro del
equipo organizador del Festival, no pudo ocultar la emoción de poner su grano
de arena. “Somos parte de la primera fase de un grupo de investigación que
comienza a formarse. Buscamos desarrollar investigación en pro del programa de
Filosofía y me parece que es muy significativo apoyar este tipo de eventos que,
aparte de brindarnos conocimiento, también impulsa la cultura”.
“Las
raíces musicales de Aleliwon provienen de ritmos tradicionales de la isla de
Martinica, la cual es música que data desde hace dos siglos. En todo ese
repertorio de Martinica hay ritmos africanos que se llama la “bélè” o “bele” el cual es interpretado con
tambores y bailarinas. También hay otros instrumentos europeos como la guitarra,
clarinete, piano, que hacen parte de nuestra música”, explicó Claude Cesaire.
Marigliano
deleitó al público con melodías roqueras, pero sin perder la tonada jazz. “Estoy
muy contento acá, me ha encantado este País. Por ahora solo puedo decir que me
siento Charly García o un Soda Estéreo, me siente músico de rock, un músico de
jazz que se siente como de rock”, aseveró el ‘gaucho’.
El programa de Filosofía de la U, Comfenalco
Quindío y la Alianza Francesa realizaron el Segundo Festival Uniquindiano de
Jazz, del 4 al 6 de marzo.
De la mano del maestro Mauricio Morales, La
Versión Ensamble engalanó la primera noche con la pieza ‘San Pedro’, inspirado
en el folclor de la región del Tolima Grande, en la que logró matizar tonadas
de origen tradicional colombiano con elementos provenientes del jazz. Canciones
como Fantasía en 6/8, con arreglos de bambuco; o Linda chicana, a ritmo de cha
cha, hicieron parte del repertorio expuesto por los integrantes de la banda.
Los murmullos de un auditorio impaciente y el
taloneo rechinante de los artistas que corrían de un lado a otro, como el
vaivén de un péndulo, era el único sonsonete entre sillas y asistentes.
“Lo que nosotros hacemos es música
tradicional colombiana y latinoamericana a nuestro estilo. Con influencia
contemporánea y nuevas formas de verla, tratando siempre de mantener el
patrimonio inmaterial de la región”, aseveró Mauricio Morales.
En un esfuerzo por obtener un sublime
recuerdo del momento, los asistentes intentaron retratar la escena con cámaras
fotográficas, tablet y teléfonos celulares, pero al final todo fue opacado por
el sonar de las palmas que emergieron del silencio para retumbar entre paredes,
aclamando la presencia de la segunda agrupación programada: Manizales Ensamble.
Manizales Ensamble transportó a los
asistentes en un viaje por diferentes países y sus estilos musicales. “Armenia
o New York”, difícil de distinguir cuando se mezclan melodías tradicionales con
instrumentos del Norte; algo más que oxígeno respiraron los asistentes.
Un último vals cerró la velada. Ensamble
Manizales, en compañía de un ritmo vertiginoso y casi seductor, envolvió a los
asistentes. “Es un evento de gran categoría y debería implementarse mucho más
en otros espacios de la Ciudad, ya sean parques, sitios públicos, de tal forma
que la comunidad pueda tener una presencia masiva en los mismos”, aseguró
Enrique Morales, uno de los asistentes que no olvidará una noche mágica a ritmo
de jazz.
Segundo acto… De Martinica a
Colombia, la música un lenguaje del alma
Más
de trescientas personas se reunieron el martes en el Centro Metropolitano de
Convenciones de Armenia con la firme intención de contemplar la segunda entrega
del festival uniquindiano de jazz y deleitarse con las interpretaciones de
Armenia Jazz Band, como exponente local, y del Trio Aleliwon, como muestra
internacional.
Con
redoblantes, acordes de guitarra y tonadas de trompeta, Armenia Jazz Band
invadió el gran salón; los maestros más representativos del Instituto de Bellas
Artes de la Uniquindío hicieron gala de su elegancia y talento ante un público
sediento de melodía.
Isabel
Cristina Ballén, coordinadora de comunicación y cultura de la Alianza Francesa
de Armenia, explicó que esta institución “hizo un convenio con el Festival
Universitario de Jazz, el cual fue difundido por diversas redes sociales y
paginas oficiales. Estamos directamente relacionados con la embajada de Francia
y recibimos su apoyo para gestionar eventos culturales en cada localidad donde
existe una Alianza Francesa”.
Con
una sonrisa en su rostro, Ballén alabó el éxito del Festival, segundos antes de
salir corriendo a tomar silla, impaciente, porque el trío Aleliwon se alistaba
para salir a escena.
La
expectativa se mantenía fuerte; en segundos los asistentes se verían envueltos
en las notas del trío musical proveniente de la isla francesa de Martinica.
Un
género inclasificable hasta el momento. ¿Jazz caribeño? o ¿Biguine-jazz?, la
duda en el aire impulsada por Claude Cesaire
(piano), Philippe Burdy (bajo) y José Zebina (batería), integrantes de la
agrupación que se presentó por primera vez en Colombia.
Los
aplausos de los asistentes funcionaron como una filarmónica humana,
convirtiéndose en un instrumentó más del momento al compás de cada canción.
Los
solos interpretados por cada maestro llevaron al delirio. Alegrías y tristezas,
euforia y dulzura, proyecciones intangibles del alma, que sin importar la
ubicación geográfica o el dialecto, se comunican perfectamente entre notas y
aplausos.
“Colombia
me ha parecido un país extraordinario, nos ha gustado mucho y pocas veces hemos
estado en frente de un auditorio tan grande. Normalmente nos consideran sobre el
género del jazz, el cual es un tipo de música que posee un público selecto en donde
los escenarios son pequeños, pero al estar en un auditorio de esta magnitud nos
parece maravilloso”, concluyó Cesaire, antes de expresar un contundente
“gracias Armenia”.
Tercer acto... Colección de
artistas, lo mejor del jazz local y argentino
La
noche de clausura se desenvolvió de la mano de la Big Band y Guillermo
Marigliano, un argentino cuyo reconocimiento internacional es cada vez mayor.
La
Big Band dio el primer pincelazo de la despedida. El director de la orquesta,
Diego Palacio, sacó el mayor provecho de su grupo de artistas, divididos en
grupos de instrumentos: violines, trompetas, saxofones, percusión y piano.
Cerca
de 30 artistas en escena, de donde surgió la actuación especial de María Alejandra
Nieto, voz que acompañó parte del repertorio.
La
majestuosidad de la Big Band y el agradecimiento del público no se hicieron
esperar; las cuerdas, trompetas, todos los instrumentos, se mezclaron con las palmas
y tarareos de los asistentes, los cuales físicamente abarrotaron el auditorio
Euclides Jaramillo Arango de la Uniquindío.
Guillermo
Marigliano, quien promociona su segundo disco Acuarela, cerró el Festival.
Desde niño, este argentino comenzó a interesarse por la música, de la mano del
maestro Francisco Rivero, Javier García, entre otros ‘avatars’ de la guitarra.
Así
termino una versión más del Festival Uniquindiano de Jazz, un espacio que se
abre camino a pulso. Ya muchos están a la espera de su tercera edición.
Juan
Carlos Herreño Cerquera
Agencia
Q
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