16/3/13

Jazz, tonadas que fluctúan entre la melancolía y la alegría

Primer acto… Colombia tradicional con un semblante de Jazz

El programa de Filosofía de la U, Comfenalco Quindío y la Alianza Francesa realizaron el Segundo Festival Uniquindiano de Jazz, del 4 al 6 de marzo.

De la mano del maestro Mauricio Morales, La Versión Ensamble engalanó la primera noche con la pieza ‘San Pedro’, inspirado en el folclor de la región del Tolima Grande, en la que logró matizar tonadas de origen tradicional colombiano con elementos provenientes del jazz. Canciones como Fantasía en 6/8, con arreglos de bambuco; o Linda chicana, a ritmo de cha cha, hicieron parte del repertorio expuesto por los integrantes de la banda.

Los murmullos de un auditorio impaciente y el taloneo rechinante de los artistas que corrían de un lado a otro, como el vaivén de un péndulo, era el único sonsonete entre sillas y asistentes.

“Lo que nosotros hacemos es música tradicional colombiana y latinoamericana a nuestro estilo. Con influencia contemporánea y nuevas formas de verla, tratando siempre de mantener el patrimonio inmaterial de la región”, aseveró Mauricio Morales.

En un esfuerzo por obtener un sublime recuerdo del momento, los asistentes intentaron retratar la escena con cámaras fotográficas, tablet y teléfonos celulares, pero al final todo fue opacado por el sonar de las palmas que emergieron del silencio para retumbar entre paredes, aclamando la presencia de la segunda agrupación programada: Manizales Ensamble.

Blues, latin jazz, soul y un poco de swing fue el deleite de Gerónimo Salazar, piano; Diego Fernando Yola, Batería; Leonel Mauricio Osorio, Bajo; y John William Aguilar, Saxofonista, integrantes de esta agrupación.

Manizales Ensamble transportó a los asistentes en un viaje por diferentes países y sus estilos musicales. “Armenia o New York”, difícil de distinguir cuando se mezclan melodías tradicionales con instrumentos del Norte; algo más que oxígeno respiraron los asistentes.

Un último vals cerró la velada. Ensamble Manizales, en compañía de un ritmo vertiginoso y casi seductor, envolvió a los asistentes. “Es un evento de gran categoría y debería implementarse mucho más en otros espacios de la Ciudad, ya sean parques, sitios públicos, de tal forma que la comunidad pueda tener una presencia masiva en los mismos”, aseguró Enrique Morales, uno de los asistentes que no olvidará una noche mágica a ritmo de jazz.


Segundo acto… De Martinica a Colombia, la música un lenguaje del alma

Más de trescientas personas se reunieron el martes en el Centro Metropolitano de Convenciones de Armenia con la firme intención de contemplar la segunda entrega del festival uniquindiano de jazz y deleitarse con las interpretaciones de Armenia Jazz Band, como exponente local, y del Trio Aleliwon, como muestra internacional.

Con redoblantes, acordes de guitarra y tonadas de trompeta, Armenia Jazz Band invadió el gran salón; los maestros más representativos del Instituto de Bellas Artes de la Uniquindío hicieron gala de su elegancia y talento ante un público sediento de melodía.

Alexandra Bastidas, estudiante de primer semestre del programa de Filosofía y miembro del equipo organizador del Festival, no pudo ocultar la emoción de poner su grano de arena. “Somos parte de la primera fase de un grupo de investigación que comienza a formarse. Buscamos desarrollar investigación en pro del programa de Filosofía y me parece que es muy significativo apoyar este tipo de eventos que, aparte de brindarnos conocimiento, también impulsa la cultura”.

Isabel Cristina Ballén, coordinadora de comunicación y cultura de la Alianza Francesa de Armenia, explicó que esta institución “hizo un convenio con el Festival Universitario de Jazz, el cual fue difundido por diversas redes sociales y paginas oficiales. Estamos directamente relacionados con la embajada de Francia y recibimos su apoyo para gestionar eventos culturales en cada localidad donde existe una Alianza Francesa”.

Con una sonrisa en su rostro, Ballén alabó el éxito del Festival, segundos antes de salir corriendo a tomar silla, impaciente, porque el trío Aleliwon se alistaba para salir a escena.
La expectativa se mantenía fuerte; en segundos los asistentes se verían envueltos en las notas del trío musical proveniente de la isla francesa de Martinica.

Un género inclasificable hasta el momento. ¿Jazz caribeño? o ¿Biguine-jazz?, la duda en el aire impulsada por Claude Cesaire (piano), Philippe Burdy (bajo) y José Zebina (batería), integrantes de la agrupación que se presentó por primera vez en Colombia.

Los aplausos de los asistentes funcionaron como una filarmónica humana, convirtiéndose en un instrumentó más del momento al compás de cada canción.

Los solos interpretados por cada maestro llevaron al delirio. Alegrías y tristezas, euforia y dulzura, proyecciones intangibles del alma, que sin importar la ubicación geográfica o el dialecto, se comunican perfectamente entre notas y aplausos.  

“Las raíces musicales de Aleliwon provienen de ritmos tradicionales de la isla de Martinica, la cual es música que data desde hace dos siglos. En todo ese repertorio de Martinica hay ritmos africanos que se llama la “bélè” o “bele” el cual es interpretado con tambores y bailarinas. También hay otros instrumentos europeos como la guitarra, clarinete, piano, que hacen parte de nuestra música”, explicó Claude Cesaire.

“Colombia me ha parecido un país extraordinario, nos ha gustado mucho y pocas veces hemos estado en frente de un auditorio tan grande. Normalmente nos consideran sobre el género del jazz, el cual es un tipo de música que posee un público selecto en donde los escenarios son pequeños, pero al estar en un auditorio de esta magnitud nos parece maravilloso”, concluyó Cesaire, antes de expresar un contundente “gracias Armenia”.

Tercer acto... Colección de artistas, lo mejor del jazz local y argentino

La noche de clausura se desenvolvió de la mano de la Big Band y Guillermo Marigliano, un argentino cuyo reconocimiento internacional es cada vez mayor.

La Big Band dio el primer pincelazo de la despedida. El director de la orquesta, Diego Palacio, sacó el mayor provecho de su grupo de artistas, divididos en grupos de instrumentos: violines, trompetas, saxofones, percusión y piano.

Cerca de 30 artistas en escena, de donde surgió la actuación especial de María Alejandra Nieto, voz que acompañó parte del repertorio.

La majestuosidad de la Big Band y el agradecimiento del público no se hicieron esperar; las cuerdas, trompetas, todos los instrumentos, se mezclaron con las palmas y tarareos de los asistentes, los cuales físicamente abarrotaron el auditorio Euclides Jaramillo Arango de la Uniquindío.

Guillermo Marigliano, quien promociona su segundo disco Acuarela, cerró el Festival. Desde niño, este argentino comenzó a interesarse por la música, de la mano del maestro Francisco Rivero, Javier García, entre otros ‘avatars’ de la guitarra.

Marigliano deleitó al público con melodías roqueras, pero sin perder la tonada jazz. “Estoy muy contento acá, me ha encantado este País. Por ahora solo puedo decir que me siento Charly García o un Soda Estéreo, me siente músico de rock, un músico de jazz que se siente como de rock”, aseveró el ‘gaucho’.

Así termino una versión más del Festival Uniquindiano de Jazz, un espacio que se abre camino a pulso. Ya muchos están a la espera de su tercera edición.

Juan Carlos Herreño Cerquera
Agencia Q

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