Aumentar de peso, adelgazar,
disminuir la potencia sexual o perder el alma, son algunos de los mitos que personas
indiferentes a la donación de sangre utilizan como pretexto para no colaborar, y
que a Paula Andrea Muriel, auxiliar del banco de sangre del Hospital
Universitario San Juan de Dios, le ha tocado escuchar.
La oportunidad de salvar
vidas estuvo presente en la Universidad. Del 8 al 10 de mayo se llevó a cabo
una jornada de donación de sangre realizada por el hospital Universitario de
Armenia, con el aval del área de salud de Bienestar Institucional en los
bloques de Ingeniería, Ciencias Básicas y Humanas y Bienestar Institucional,
respectivamente.
Estas campañas se llevan a
cabo en el Alma Máter cada cuatro meses aproximadamente, y resulta beneficiosa
para los donantes, pues como lo afirma Paula, desde el punto de vista médico,
renueva células, oxigena tejidos, evita infartos y otro tipo de enfermedades,
ya que esto contribuye a la buena circulación de hemoglobina.
Expresa la auxiliar que el
Bloque de Ingeniería y Ciencias Humanas aporta la mayor cantidad de donantes en
la Universidad; y aunque resulte paradójico, el efecto contrario se produce en
la facultad de Ciencias de la Salud.
“El banco de sangre le
consigue el grupo que sea con tal de salvarle la vida al que lo necesite”,
comenta la auxiliar, quien ante la participación de los uniquindianos en esta
jornada expresa: “los muchachos son muy receptivos, en la Universidad son
donantes repetitivos, y de todas maneras les hago la invitación para que lo
sigan haciendo”.
Los hombres pueden donar
sangre cada cuatro meses y las mujeres cada tres; pero para esto, antes de la
donación se realiza una encuesta y una valoración de signos vitales como toma
de presión, peso y temperatura, puesto que las personas deben cumplir con
varios requisitos tales como: ser mayores de edad, tener un buen estado salud,
no presentar algún tipo de virus, pesar más de 50 kilogramos y en casos
femeninos, no estar encinta, ni con el ciclo menstrual.
Este ‘acto de solidaridad’,
no tiene ningún tipo de efectos nocivos, pues la cantidad de sangre que se
adquiere es mínima, de 450 mililitros;
además todos los equipos tienen un adecuado manejo pre hospitalario que garantiza
el no contagio de ninguna enfermedad o infección.
Ante esto, Viviana López,
estudiante de séptimo semestre de Comunicación Social, no se escandaliza, pues
aunque no puede donar sangre por motivos de salud, manifiesta que es muy
importante y se debe hacer porque hay gente que la necesita, lo cual se
repercute en algo totalmente positivo.
Killy Alejandra Gutiérrez
Guzmán
Agencia Q
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