Cada
último viernes del mes, estudiantes, docentes y directivos del Programa de
Medicina de la Universidad del Quindío, tienen una importante cita, de 8 a 10
de la mañana, en el Auditorio Gustavo Román Rodríguez de la Facultad de
Ciencias de la Salud.
El
compromiso, al que son convocados por el comité de acreditación de su programa,
es con las jornadas de acreditación que se vienen realizando desde el año pasado,
con la finalidad de dar a conocer el significado de la acreditación, los
lineamientos que tiene el CNA (Comité Nacional de Acreditación) frente a la
acreditación y la importancia que para lograrla, tiene la autoevaluación.
“Esta
actividad ya se venía realizando de tiempo atrás, lo que hemos hecho
sencillamente es volver este espacio operativo. Nosotros consideramos que la
parte más importante de la acreditación es la autoevaluación, más aún si se
quiere mejorar continuamente”, opinó Gilberto García, director del programa.
Precisamente,
las jornadas de los últimos meses han estado dedicadas a la autoevaluación,
proceso en el que la presencia, especialmente de los estudiantes, es muy
importante, ya que son ellos quienes, según García, se beneficiarán realmente del
mejoramiento en la calidad del programa en el que se están formando como
profesionales.
Uno
de los aspectos que preocupa constantemente al comité de acreditación del
programa, está relacionado con la calidad de los profesionales que de allí están
egresando, lo que los hace preguntarse si estos responden o no a los
requerimientos del entorno regional y nacional. Por otro lado, algunas de las
dificultades encontradas por los pares académicos en sus visitas, tienen que
ver con la evaluación en el campo curricular, la capacitación de los docentes
en áreas como la pedagogía y la evaluación, y la necesidad sentida de
visibilizar internacionalmente el currículo.
Si
bien hay asuntos por mejorar, el programa académico reacreditado en diciembre
de 2013, siguiendo las recomendaciones del CNA, ha creado estrategias que le
han permitido avanzar en materia de adquisición de recursos bibliográficos, facilidad
en el acceso a las bases de datos y perfeccionamiento de la biblioteca virtual.
Así mismo, poseer dos grupos de investigación con acreditación A1, la más alta
otorgada por Colciencias, promover la investigación en los docentes y buscar
una mayor flexibilidad en el currículo, son buenos indicadores del trabajo que
se ha venido realizando en estas jornadas en pro del perfeccionamiento continuo.
“Yo
creería que un aspecto fundamental para conseguir la acreditación es la
planeación, que va de la mano de la organización, la disciplina y el
compromiso. Lo otro es que se tiene que pensar a futuro, hacerse
cuestionamientos como qué quiero lograr con mis estudiantes, qué dificultades
tengo con ellos, con los docentes y con el currículo y apuntar hacia allá.
También se debe generar conciencia de la importancia que tiene la acreditación”,
recomendó García a los programas del alma mater que actualmente buscan su
acreditación.
Laura Guarín
Agencia Q
Jhon Yepes
Fotografía
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